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EL WALTER WHITE DE NUEVA GENERACIÓN: HOW TO SELL DRUGS ONLINE (FAST)

  • Foto del escritor: Agustin Aguilar
    Agustin Aguilar
  • 3 ago 2020
  • 5 Min. de lectura

Hoy les traemos una nueva recomendación salida del catálogo de la "N roja". Una serie a la que no se le ha dado la atención que amerita. Hablamos de “How to sell drugs online (fast)”, o en español ¿Cómo vender drogas online? (rápido). En esta nota te contamos, sin spoilers, por qué es la próxima serie que tenés que mirar. ¡Vamos!:



Una vez más los alemanes aparecen en los medios para volver a remarcar que no solo son buenos jugando fútbol, sino que también haciendo series, y prácticamente en todo lo demás. Si uno dice Alemania, rápidamente viene a la mente la última superproducción de Netflix, “Dark”, que hace pocos días estrenó su tercera y última temporada. En este caso, se escapa completamente de la seriedad y complejidad de esa serie, para meterse en un mundo más real si se quiere, de personas comunes, con problemas comunes. Lamentablemente, y pese a aparecer entre las novedades dentro de la aplicación de Netflix, no se le ha dado la repercusión que debería tener. Tiene todos los ingredientes para ser una joya dentro de la plataforma de Streaming, sin embargo, si tuviéramos que comparar por temática/ categoría, vive a la sombra de la olvidable “13 Reasons Why” o de la también popular “Stranger Things”.



No vamos a ahondar en detalles para no caer en los spoilers, pero para poner al lector en contexto, la historia transcurre en un pueblo alemán durante 2019/20. Allí viven Moritz Zimmermann y Lenny Sander, dos jóvenes amigos de 17 años que tienen un proyecto en conjunto. Se trata de una tienda de artículos en línea para videojuegos.

Aunque por el disparador de la trama, podríamos decir que es un drama adolescente, la realidad es que no. Moritz, tiene una relación amorosa con su novia Lisa, a quien no ve hace un año, ya que ella se fue de intercambio a USA. Cuando vuelve, ya no es la misma, y le pide un tiempo a nuestro protagonista. Entonces, por ciertos hechos que ocurren en este lapso en que terminan su relación, trata de reconquistarla, ¿cómo?, si, abriendo la tienda online de venta de éxtasis “My Drugs” en la Darkweb. A partir de este punto, se deja de lado rápidamente todo este tema amoroso para pasar a lo verdaderamente importante de esta serie y lo que va a mantener flotando esa empresa, o no, la relación de amistad entre Moritz y Lenny que durante las dos temporadas que hay hasta ahora de serie, constantemente se ve puesta a prueba. Una amistad, que está muy bien representada por los actores. Tienen mucha química entre los dos y uno de verdad se cree que son amigos y por qué son amigos. La trama la vamos dejando por acá, y a partir de ahora es responsabilidad de quien lee conocer el resto.



Algo muy positivo que tiene la serie, más allá de que todas las relaciones e interacciones entre sus personajes son muy orgánicas (no tiene ni un solo actor que desentone), es que se encarga de explicarnos de una manera muy dinámica e ilustrativa todos los conceptos que abarca. Frente a una determinada situación, hace un repaso del tema con el cual se van a encontrar los personajes. Éxtasis, su preparación, dosis, darknet, cómo se conectan los usuarios, etc. Además, se nutre MUCHISIMO de la cultura popular y de otras series y películas. Esto, es en gran parte por lo que su ritmo nunca decae, y nos da esa sensación de “variedad”. Una muy interesante, cuando Moritz se “rasura” el pelo al más puro estilo Breaking Bad.


Es interesante lo cuidado que está el desarrollo de la historia de los personajes, cada uno con una personalidad muy marcada y estereotipada que va mutando lentamente hasta cambiar por completo en función de la trama, todos, con los problemas de chicos de 17 años como base y enfrentándose a los peligros y circunstancias que acarrean transformarse en narcotraficantes/ hackers internacionales. Si bien juega constantemente con esos elementos sacados claramente de “Breaking Bad”, “Proyecto X”, “The Social Network” y hasta “Mr. Robot”, los contrasta enseguida con la realidad, con la vida cotidiana de alguien de esa edad. No saben a donde ir, que quieren hacer con su vida, no tienen nada claro, a pesar de que para afuera insisten en que tienen toda la situación controlada, y todo lo malo que les pasa, tiene que ver con esto.

Hay pocas cosas, o ninguna para criticarle a la serie, porque no busca ser más de lo que es. Buenas actuaciones, buena estética y edición artística de los capítulos. Quizás pequeñas incongruencias con hechos, o padres demasiados estereotipados, en el marco de, este chico es así porque el padre o madre tiene este drama, o de repente las situaciones se resuelven de una manera apresurada, pero son cosas o hechos, que, como venimos diciendo, pueden y suelen ocurrir de esa forma en la vida real. Más allá de todo, los dramas están bien actuados, no hay tramas estiradas y se denota en sus cortos 6 capítulos por temporada de aproximadamente 30 minutos cada uno. Para seguir añadiéndole cosas positivas, puede consumirse fácilmente como una película de 3 horas, hablando de cada una de las temporadas claro está.

La serie envejece de forma excelente durante sus dos temporadas y no decae de la primera hacia la segunda. Está contada en forma de “mockumentary” o falso documental, donde Moritz nos cuenta según su visión cómo ocurrieron los hechos. Es una forma muy divertida de romper la cuarta pantalla y nos da pistas de distintos momentos dentro de la serie (lo que vemos transcurre en el pasado) y pistas de cara a la próxima temporada.



Si consumen muchas cosas de la cultura popular, series, películas, videojuegos, cómics, etc, es muy recomendable porque van a encontrar un sinfín de referencias, todo el tiempo, incluso con la música. Logra tener lo que toda serie destinada a triunfar debe tener, ese efecto adictivo que hacen que uno se quiera quedar en el sillón mirándola para saber que es lo que ocurre a continuación. Es informativa, no se desentiende nunca de todo lo que habla. La serie blanquea y explica todo lo que aborda. Es raro que un producto que toma tantos elementos de tantos lados distintos, logre conformar una mezcla tan sólida y homogénea. Todo mérito de el equipo que lo conforma. Philipp Käßbohrer Y Matthias Murmann como la cabeza detrás de todo, en la producción Stefan Titze y André Zoch y sus protagonistas, Maximilian Mundt, Anna Lena Klenke, Danilo Kamperidis y Damian Hardung.

Así que ya saben, si no tienen idea que mirar, encuentren esta joya perdida de Netflix, que los va a dejar con ganas de más.



 
 
 

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