F1: LA PEOR CRISIS DE FERRARI
- Gonzalo Sandoval
- 9 sept 2020
- 4 Min. de lectura

El domingo en Monza, donde obtuvo su primera carrera el francés Pierre Gasly, la Scuderia italiana vivió otra pesadilla. Abandonos de Sebastian Vettel y Charles Leclerc. El porqué de su delicado momento. Las explicaciones y autocrítica de su jefe, Mattia Binotto en esta nota.
En el Gran Premio de Italia ocurrió de todo. Ninguno de los Mercedes obtuvo el podio y la Fórmula 1 tuvo un nuevo ganador, es el caso de Pierre Gasly, quien después de 24 años, un francés vuelve a obtener un premio en la competición (el último fue Olivier Panis en Mónaco 1996). Sin embargo, hay algo que hace meses no cambia: la crisis de Ferrari. Pierre Gasly vivió el éxtasis al coronar Monza y obtener su primera victoria. Fue el segundo éxito de su equipo (Alpha Tauri), cuando en 2008, con el nombre de Toro Rosso, aquel pibe de 21 años llamado Sebastian Vettel les daba su debut triunfal en la competición, en el mismo circuito. Aquel pequeño alemán hoy es uno de los pilotos más experimentados y junto a su compañero de equipo, Charles Leclerc, viven la peor pesadilla en la Scuderia. Ambos sufrieron el abandono en el circuito italiano que es la catedral del automovilismo para los tifosis.
Cada semana que pasa, cada evento que se cumple, es la continuidad de la agonía para La Rossa. Nada les sale bien. Los cambios internos de los responsables técnicos de momento trajeron buenos resultados. Sin embargo, el modelo de 2020, es un drama. En este panorama de crisis vale aclarar que los pilotos no son los responsables. Lo único que se les puede remarcar es el toque que protagonizaron en la segunda fecha corrida en Austria, donde ambos quedaron afuera y el último roce en la carrera de Bélgica. Excluidos de estos incidentes, el alemán y el monegasco hacen lo que pueden.
Con un mal monoposto y errores de estrategia, como ocurrió el sábado donde Vettel demoró en salir en el primer corte clasificatorio para buscar su tiempo, con mucho tráfico en la pista no pudo redondear un buen registro y no pasó a la siguiente instancia. Aunque ahí habría terminado el alemán y donde quedó el monegasco. Llegar a la última parte de la clasificación parece ser un desafío para ellos.

Sebastian Vettel abandonó en el Gran Premio de Italia. Foto: REUTERS
En el circuito italiano, escenario más veloz de la temporada donde se corrió el pasado fin de semana, la Federación Internacional del Automóvil (FIA), decidió que en la clasificación no se use el "modo fiesta” en los motores ¿qué es esto? Un ajuste electrónico que especifica el propulsor para las necesidades del piloto. Es un mapeo en los impulsores que lleva a exprimirlos al máximo, les otorga más potencia, pero también les quita vida útil. Sin embargo, nadie se le acercó a las Flechas Negras e incluso a algunos los perjudicó como a Ferrari.
En 70 años de la F1, el 13º lugar de Leclerc fue la peor clasificación de un corredor de Ferrari en Monza (Italia), su casa. En tanto que Vettel se ubicó 17º. En carrera los hombres de rojo quedaron afuera. El alemán quíntuple campeón de la competición, desertó por fallas en los frenos en el octavo giro y el monegasco terminó chocando a la salida de la curva Parabólica en la ronda 24º, sin consecuencias para el piloto, pero que obligó a detener la carrera con bandera roja para reacomodar las defensas en ese sector.

Charles Leclerc en boxes antes de protagonizar un impactante accidente en Monza. Foto: REUTERS
Correr ante los tifosis con este duro presente hubiese sido un calvario. Para entender el porqué de esta situación crítica de la Scuderia italiana, Mattia Binotto, jefe del equipo, explicó las razones del delicado momento que están atravesando. "Este auto nació para usar más carga aerodinámica porque teníamos un motor superior. Luego llegaron las directivas técnicas y quedamos con un auto con alta resistencia al avance y pocos HP (caballos de fuerza). El problema fue la suma de ambas cosas”, aclaró en una entrevista con el Corriere Della Sera.
Por ello la escuadra de Maranello tuvo que trabajar para cambiar la concepción del coche para este año, aunque luego la pandemia por Covid-19 los afectó y ahí comenzaron sus problemas. "Supimos entre finales de 2019 y principios de 2020, y cuando podíamos haber empezado a corregir, llegó el Covid-19 y el congelamiento de las reglas, y nos encontramos en esta situación”, agregó.
"No es un castigo porque no solo nos golpeó a nosotros. Todos los motoristas perdieron rendimiento, algunos más que otros. El año pasado cubríamos las limitaciones del coche con el motor”, aclaró. "En estos días, la FIA está votando un importante cambio aerodinámico. Es una posibilidad a explotar”.
"Confío en mi equipo, pero en la F1 nunca estás satisfecho. Siempre hay ganas de sumar nuevos elementos. Los mismos técnicos que construyeron los autos de los últimos años están construyendo el del año próximo porque son ellos los que en los últimos cinco años se han acercado más a Mercedes, llegando a luchar por el Mundial”, destacó.
Sin embargo, Binotto dio en la tecla con el tema de los cambios internos que debieron hacerse antes. Algo llamativo para un equipo que cuenta con uno de los mejores presupuestos de la categoría junto a Mercedes (Alemania), con una suma anual estimada en 450.000.000 de dólares.
Este presente no está a la altura de su historia. Ferrari es el único equipo que estuvo en los 70 años de la competición. Suma 999 carreras, 239 victorias, 221 poles positions, 253 récords de vueltas, 16 campeonatos de Constructores y 15 de pilotos. Cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Por estas razones en Maranello tienen el deber histórico de revertir el panorama y no es la primera vez que tocan fondo.
Lo que viene será el próximo domingo con el Gran Premio de la Toscana en Mugello, el segundo de los tres Grandes Premios que tendrá Italia este año. Allí la Scuderia italiana cumplirá 1.000 carreras en la Máxima y habrá presencia de público. Unas 2.800 personas por día podrán asistir, pero a precios muy costosos. Se estiman que ronden entre los 188 a 1.200 euros.
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