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LA SERVILLETA DE LA KORRUPCIÓN

  • Foto del escritor: Andrés Fedele
    Andrés Fedele
  • 4 feb 2020
  • 4 Min. de lectura


El juez federal Claudio Bonadio falleció hoy a la edad de 64 años producto de que padecía, desde hace poco más de un año, de un glioblastoma multiforme, el tipo de tumor cerebral más agresivo que existe. Una vez que le diagnosticaron la enfermedad, se comenzó con un intenso tratamiento aunque la opción preferente era la de una intervención quirúrgica. Fue así que Bonadio ingresó al Instituto Fleni el pasado 4 de mayo de 2019 en donde fue operado para extraerle el tumor.


Fue nombrado por el ex presidente Carlos Menem y, con 26 años, fue uno de los jueces que más tiempo ocupó un despacho en Comodoro Py. Además se convirtió en el primer juez federal en morir estando en funciones desde el regreso de la democracia.


Claramente, además de haber sido uno de los jueces con mayor trayectoria, su nombre se convirtió en un emblema de las causas de corrupción contra funcionarios kirchneristas y contra la propia líder y actual vice-presidenta Cristina Fernández.


'No se preocupe, yo tampoco llegué por concurso' reza un cartel en su despacho

A pesar de haberse convertido en un dolor de cabeza para los funcionarios K, Bonadio fue un militante peronista formando parte de la agrupación Guardia de Hierro


Durante la época de Alfonsín, Bonadio conoció a alguien que marcaría su vida profesional, ya que sería clave para su nombramiento como juez federal, Carlos Corach. Fue su asesor durante la presidencia de Carlos Menem donde Corach fue Ministro del Interior y luego su subsecretario de Asuntos Legales. De acá es donde se le creó el apodo de 'el juez de la servilleta'. En 1996, el ministro de Economía Domingo Cavallo relató, tras renunciar a su cargo, que su ex par en el gabinete Carlos Corach, había anotado en una servilleta los nombres de los jueces federales que respondían al presidente, entre los cuales figuraba el de Bonadio. Cavallo afirmó que vio y escuchó cómo Corach le pedía a Bonadio que archivara una causa suya por presunto enriquecimiento ilícito. En la mencionada servilleta se nombraban a una cantidad de jueces preparados para actuar según las órdenes y necesidades políticas de Menem, además de Bonadío también figuraban otros jueces como Jorge Ballestero y Rodolfo Canicoba Corral. Así fue como este recibió una gran cantidad de denuncias por 'cajonear' causas contra ex-funcionarios y amigos del poder.



Lo cierto es que la frase 'la servilleta de Corach' se popularizó en la década de los 90 y desnudó el entramado y fuerte relación que existe entre el poder judicial y el poder político.


Probablemente uno de los hechos que más marcaron la vida del juez ocurrió en 2001, cuando un asalto a él y un amigo que fue herido de gravedad, resultó en un tiroteo donde Bonadio le quitó la vida a dos delincuentes. Ese hecho fue rememorado por la propia Cristina cuando, en una de sus últimas cadenas nacionales en 2015, habló sobre algunas de las causas de las que era protagonista y, sin nombrarlo a él, exclamó: "No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso y extorsionador".



Algunos años previos había comenzado su guerra con la ahora vicepresidenta. Cuando fue el juez a cargo de las causas más importantes contra Fernández, su familia y funcionarios. Entre ellas figuraba la causa Hotesur sobre presunto lavado de dinero de sobornos y la causa de los Cuadernos donde se investigan presuntos sobornos en la obra pública.



En 2014 el juez federal envió a juicio oral al entonces vicepresidente Amado Boudou, al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, al ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y allanó Hotesur, la sociedad comercial propietaria de los hoteles de la familia Kirchner. A partir de allí comenzó una seguidilla de enfrentamientos entre el magistrado y la ex presidenta Cristina Fernández a quien Bonadio logró sentar en el banquillo de los acusados en la causa Vialidad.


Según la defensa de Cristina, este incurrió en irregularidades ya que ordenó a la Policía Metropolitana de Buenos Aires un allanamiento en la sede de Hotesur, dónde dicha fuerza no tiene jurisdicción en el territorio en el que actuó, el 20 de noviembre de 2014. Luego fue apartado de la causa porque “violó el derecho a la defensa en juicio” de Romina Mercado y Lázaro Báez, y actuó con “parcialidad” al no permitir a los peritos de las partes revisar documentación secuestrada.


También instruyó en varias causas contra Fernández de gran magnitud. Tales como la denuncia de Nisman por el Memorando con Irán, Dólar Futuro, la primera parte del encubrimiento del ataque a la AMIA y la Tragedia de Once. En este marco, el juez pidió desaforar y detener a la vicepresidenta en varias oportunidades.


Esta escaramuza continuó hasta el día de su muerte, tanto que ayer en una presentación que hizo la vicepresidenta ante un magistrado de Río Gallegos, realizó la última estocada. “Si se me permite, podría agregar el dato de haber sido sometida por el sicario judicial Claudio Bonadio a ocho indagatorias en un mismo día...en fin”, manifestó en su escrito la vicepresidente Cristina Kirchner.


Dentro de esta guerra, obviamente, intervino el abogado de Cristina, Gregorio Dalbón. Este fue, tal vez, quién más declaraciones realizo luego de conocerse el deceso del juez y fueron muy tajantes. "La muerte a Bonadio lo salva de ser juzgado de todas las tropelías que hizo desde el mismo momento que entró a tribunales. Es una persona oscura que deja marca en la justicia como el peor juez de la historia Argentina y el ejemplo a no seguir. No hay virtudes en este hombre. Tenemos impotencia porque lastimó mucha gente. Es un hombre que encubrió el atentado a la AMIA”. expresó el abogado. Aunque también, a través de su cuenta de Twitter, aclaró: "No me alegra la muerte. Hubiera preferido en el caso del Juez Bonadio que sea destituido y juzgado. Pongan y digan lo que quieran yo a Bonadio en Edelweíss le dije todo lo que tenía que decirle en la cara con 60 testigos. Murió un adversario no un enemigo. Está claro?".




Su participación en la Tragedia de Once lo acercó a Jorge Bergoglio, quien mostró especial interés por los familiares de las víctimas antes de asumir como Papa. Producto de la estrecha relación que entablaron, en 2014 visitó a Francisco en el Vaticano en una audiencia privada de la que no trascendieron imágenes.

Padre de un hijo, abuelo de un nieto, hincha de Boca no muy interesado por el fútbol, coleccionista de lapiceras con publicidad que le traían sus contactos de diversos lugares y fanático de la serie Star Trek, forjó un estilo propio en Comodoro Py 2002.

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