LAMENTO BOLIVIANO
- carolinapintofin
- 14 nov 2019
- 3 Min. de lectura

Días difíciles para muchas naciones, tristes para muchas personas y felices para otras. El estado de Bolivia sufrió un golpe, en Chile la policía sigue disparando mientras el pueblo sangra y en Brasil, Lula está libre.
Quiero aclarar, esta nota sólo hablará de BOLIVIA
Lo que pasó: Un domingo inolvidable para América Latina, mucho más para el pueblo boliviano. Nos despertamos con el informe preliminar de la OEA (Organización de los Estados Americanos) donde detallaba las irregularidades sobre el proceso electoral vivido el 20 de octubre. Horas más tarde Evo Morales llama a nuevas elecciones presidenciales, sin nombrar el informe, para garantizar la democracia. Por la tarde, el comandante en Jefe, Williams Kaliman, le “sugirió” al Presidente que renuncie para estabilizar la paz en Bolivia. El caos en las calles del país que llevaba semanas estalló con ese mensaje de las Fuerzas Armadas, pero el cierre del domingo de locos fue la renuncia de Evo Morales a través de una conferencia de prensa.
Puntos importantes del lamento boliviano:
¿Por qué fue un golpe de estado?: Un golpe de Estado es la interrupción inconstitucional de un jefe de Gobierno por parte de otro agente estatal, una buena explicación que leí es la siguiente “En el reciente caso de Bolivia, los tres elementos de la definición de “golpe de estado” están presentes: el mandato del presidente fue interrumpido, el procedimiento fue inconstitucional (no hubo destitución parlamentaria sino renuncia forzada por una “sugerencia”) y las Fuerzas Armadas fueron las que definieron el desenlace.” Andrés Malamud, investigador principal del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, diario El Pais.
El peso de la historia: Los 13 años de mandato de Evo fueron para muchos una “tiranía” de su parte. Este pesar comenzó el 2016 con un referéndum lanzado por el partido MAS (de Evo Morales) donde convocaron a elecciones para que el pueblo votara para modificar la reelección, de manera continua. El 51% de los bolivianos dijo no, pero la ambición política del Presidente lo llevo a ignorar la voz popular y cometer un error que le costaría caro. Acudió al Tribunal Constitucional, argumentando que limitar una nueva reelección de Morales atentaba contra sus derechos políticos y en 2017 la justicia falló a favor de él.
El fraude: El informe de la OEA que el mismo Evo Morales solicitó para calmar el desastre que estaban ocurriendo en las calles de La Paz y Cochabamba es un preliminar de una investigación más profunda que aún se lleva a cabo. La oposición declaro el “fraude” el mismo lunes post elecciones con el 85% del padrón estructurado. Desde ese 21 de octubre que el “fraude” (que no está comprobado) ha sido el eslogan para un golpe de estado que el mismo Evo denunció (lea la nota del Oso que habla del tema, predecimos el futuro). Pero aún hay mucho que investigar y el Centro de Investigación Económica y Política de Washington emitió un comunicado cuestionando los hallazgos de la misma OEA.
La Oposición: La ultra derecha comenzó su campaña política de la mano de Mesa, el mismo que denunció el fraude electoral tras quedar segundo en las elecciones generales. Pero su figura se fue diluyendo frente a un Luis Camacho, un abogado y empresario de Santa Cruz de la Sierra que sin ningún tipo de cargo político encabezo el golpe a Evo. Ahora, Jeanine Áñez, vicepresidenta segunda del Senado (perteneciente a la oposición) se auto proclama presidenta tras la renuncia de toda la línea de sucesión masista y con el apoyo de los militares.
Evo Morales está exiliado en México y dijo que volverá si el pueblo lo necesita. El nuevo gobierno es una incertidumbre y ya nadie sabe cómo actuar. En las ciudades más importantes de Bolivia la violencia no ha terminado, las cifras oficiales de personas fallecidas son siete y más de 300 detenidos.
Esta situación, una desolación es como un lamento, lamento boliviano.
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