MI MEJOR AMIGO, ¿ADOLF HITLER?
- Agustin Aguilar
- 23 ene 2020
- 3 Min. de lectura

De la mano del querido director neozelandés Taika Waititi, la comedia basada en el Holocausto vuelve a los cines del mundo y no podía ser en una mejor forma. Cuando se generan largometrajes de este género dentro de una temática tan sensible siempre es complicado lograr el equilibrio justo entre lo real, lo ficticio, el humor, y el mensaje que se quiere compartir, y hemos visto muchos directores que fallaron en este viaje. Por suerte Waititi, logra una vez más, y aún en este terreno, generar un clima perfecto y que tiene el sello de sus anteriores trabajos, Thor Ragnarok, What we do in the shadows y The Hunt for wilder people, películas donde reina un humor, ácido, liviano, espontáneo y que sesa cuando debe hilar eventos más sensibles. En Jojo Rabbit es lo que en efecto ocurre y viceversa. Pero veamos de que trata la historia.
Jojo (Roman Griffin Davis) es un niño nazi que vive en el último año de la segunda guerra mundial y que asiste al campamento de la Juventud Hitleriana. Su fanatismo nacionalsocialista, más por presión que por consentimiento, lo lleva a crear a su amigo imaginario, uno que no hace más que acrecentar el relato nazi y darle absurdos consejos de vida, el mismísimo Adolf Hitler, una versión casi querible del dictador, que es interpretada por el director de la película. Vamos a detenernos acá para decir que este personaje tan simple es una delicia. Waititi mediante el humor, la ironía y unos diálogos que mezclan realidad con ficción, nos muestra una figura que fue fundamental para su pueblo, un héroe, más allá de sus repudiables planteamientos, y a la vez una figura dictatorial muy oscura.

Desde el principio, utilizando imágenes reales de la guerra, pero con música de los Beatles, el film marca su estilo. Continuando con la historia, Jojo asiste a este campamento donde la ideología nazi es satirizada al extremo, dándonos unas divertidas y absurdas escenas de entrenamientos. Es en estos ejercicios donde Jojo recibe su apodo a modo de burla. A partir de acá es donde se nos revela la verdadera naturaleza humana del protagonista, y donde se comienza a poner a prueba su militancia. Además muestra muy sutilmente como los horrores del nazismo, más aún, como el relato de cualquier tipo de gobierno puede penetrar en una sociedad, más allá de sus propias convicciones.
Tratando de redimirse Jojo tiene un accidente que lo obliga a hacer reposo en su casa, donde descubre que su madre esconde muchos secretos, entre ellos, una adolecente judía refugiada (cualquier semejanza con Ana Frank es pura coincidencia).
El encuentro entre los dos lados de esa grieta desencadena el cambio de tono de la película, llevándonos a una más reflexiva y aleccionadora. Elsa (Thomasin Mackenzie), rompe con todos los esquemas nazis de Jojo, ya que el ahí descubre las mentiras del relato socialista y se enamora.
En el medio de todos, que tienen unas actuaciones sobresalientes, tenemos a la potente Scarlett Johansson paseando por la pantalla, interpretando a Rosie, la madre de el protagonista, una mujer fuerte, valiente, críptica, que es del estilo, hacer lo que es correcto, cueste lo que cueste. Su presencia no solo otorga peso frente a los otros films, sino que entrega una seriedad y sabiduría necesaria entre tanta emotividad y risas.
La película es simple, pero lo enriquecedor esta por debajo de su superficie, dando muchos mensajes valiosos, unificadores, en un mundo cada vez más loco y que pareciera que se esfuerza en volver a cometer errores del pasado. Para el público argentino, por otro lado, quizás entregue un par de sermones. Si, a nosotros, que nos dejamos llevar por el relato de uno y otro lado, eligiendo separarnos de familiares y amigos por disidencias ideológicas cuando al final son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

En definitiva, es la más débil en la carrera a los oscars, pero tiene muy bien ganado su lugar y sus 6 nominaciones. Se vale de la burla, el humor y la ridiculización para contar una historia basada en el peor episodio de nuestra especie, que rompe con los esquemas elitistas y adultocentristas de Hollywood. HAIL OSCARS!
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