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SELECCIÓN ARGENTINA: EL AÑO DE LA RECONSTRUCCIÓN

  • Foto del escritor: Gonzalo Sandoval
    Gonzalo Sandoval
  • 1 ene 2020
  • 6 Min. de lectura

Tras idas y venidas, la albiceleste cierra el 2019 con un recambio generacional que ilusiona de cara a las Eliminatorias y Copa América 2020.

La Selección despegó. Luego de lo que fue Rusia 2018, uno de los mundiales más decepcionantes que se recuerden de Argentina en los últimos años, se empezó a gestar un proyecto que ilusiona no tanto por el juego sino por el espíritu. Con el recambio generacional realizado por Scaloni, da la sensación de que la selección tuvo una enorme transición, entre la salida de Martino y el interinato del presente director técnico.

Una vez que Tapia decidió darle el mando de la selección y más allá de algunas turbulencias (como la caída frente a Venezuela en Madrid) todo fue de menor a mayor. A pesar de que hoy no somos potencia, hay con qué pelear e ilusionarse de cara a lo que viene.

En junio, antes del comienzo de la Copa América que se disputó en Brasil, el último amistoso lo tendría en el país contra una frágil Nicaragua, donde la derrotó con facilidad por 5-1. El equipo partía a Brasil con muchas dudas. Sin embargo Scaloni, quien había logrado una continuidad a corto-mediano plazo, apostó por un recambio generacional que se venía pidiendo hace mucho tiempo.

Llegaba el momento de disputar la copa, en donde la albiceleste, en el partido debut, fue derrotada por Colombia 2-0. Sufría su mayor derrota en un debut de Copa América; sólo había caído 2-3 ante Uruguay en 1919 y 1-2 contra Bolivia en 1979. Todo fue una sorpresa en el Arena Fonte Nova.

Sorpresa en el Arena Fonte Nova, Colombia derrotó a la albiceleste con un contundente 2-0.

Luego tocó Paraguay, quién con Berizzo, logró encontrar un camino claro después de la gran campaña que dejó Gerardo Martino en la selección guaraní. El resultado fue 1-1, encuentro intenso, jugado por momentos con mucho temperamento. La selección paraguaya dominó las acciones y logró ponerse en ventaja con gol de Richard Sánchez. Ya en el segundo tiempo, el empate llegaría a través de un tiro penal anotado por Lionel Messi, eso permitió que la selección igualara las acciones. Sin embargo, minutos después, aparecería Franco Armani. Quién logró detener un penal en lo que hubiera sido uno de los momentos más duros para atravesar y así depender de una jugada sacada de la galera por Messi.

Argentina nunca perdido ante Paraguay por Copa América (19V y 6E).

La última oportunidad que tenía sobre sus manos, la aprovechó. Logró su objetivo; ganó e ingresó en la siguiente ronda de la Copa América. Se mostró superior frente a el combinado qatarí y consiguió un 2-0 a favor. Argentina seguía siendo la misma, mismos jugadores, misma idea, solo que esa vez logró aplicarla de mejor manera. Ya sin la presión de fracasar en fase de grupos, buscó soltarse en términos de juego y expuso una mejor faceta en lo colectivo e individual. El único objetivo por delante era hacer entrar en juego a Lionel Messi, el mejor jugador del mundo.

Argentina venció a Qatar las dos veces que lo enfrentó. 2-0 por Copa América y 3-0 un amistoso en 2005.

Contra Venezuela en cuartos, se vio lucha, corazón y juego. En ese orden fue que el equipo argentino puso los ingredientes para poder ganar. El nivel futbolístico demostrado a lo largo de la fase de grupos había sido bajísimo. Si había que destacar a alguien en ese momento, era sin lugar a dudas a Lautaro Martínez (Inter de Milán). Una de las sorpresas y la gran incorporación de Scaloni en lo que fue el recambio. Este se mostró con muchas ganas a la hora de atacar y defender, generando muchos desequilibrios en el ataque argentino durante toda la competición.

Argentina le ganó a Venezuela las seis veces que se enfrentaron en Copa América, un historial de 30-3.

En semifinales llegaría el momento de enfrentar al dueño de casa, al Brasil de Tité. Pese a no tener a Neymar dentro de la nómina de 23 jugadores, logró imponerse durante toda la Copa América coronándose campeón de la competición. La albiceleste logró avasallar al local, como lo hizo contra Venezuela, pero le ocurrió aquello que viene desde ya hace tiempo sin importar el técnico: poder lograr efectividad durante los 90 minutos. Cuando se domina en el juego y esto no se traduce en el marcador, ocurre lo que ocurrió ese 2 de julio en el Governador Magalhaes Pinto, gana la efectividad.

Luego de la dolorosa derrota frente a Brasil, llegaría el momento de disputar el partido por el tercer puesto. En un encuentro donde el arbitraje fue muy cuestionado, los dirigidos por Lionel Scaloni consiguieron vencer a Chile y así lograr el podio en la Copa América 2019. La clave del equipo argentino fue aprovechar las oportunidades que generó en el primer tiempo, donde hasta la expulsión del máximo exponente, Lionel Messi, Argentina era quien controlaba el partido. Así, la selección cerraría una Copa América con la sensación de que había mucho por mejorar, pero ese era el camino a seguir.

Argentina terminó en el podio de la Copa América por quinta ocasión en las últimas 6 ediciones; no lo hizo en 2011, cuando quedó eliminada como local en cuartos, ante Uruguay.

Tras cerrar una buena copa, llegó un final de año con amistosos contra rivales calificados. Ahí se empezó a detectar que hay una selección que tiene una marcha más, que la renovación realizada por Scaloni, fue la correcta. Podemos observar que hay volantes modernos y dinámicos, y mucha jerarquía adelante con los viejitos y los jóvenes que se quieren quedar (Dybala y Lautaro Martínez).

La Selección empata frente a Chile y golea a México con Messi y Agüero desde afuera. Después la escena se repite y el equipo de Scaloni sale bien parado en su visita a Alemania y brilla ante Ecuador. Y faltaba el último paso, los clásicos para cerrar un 2019 en el que la selección volvió a vivir. Otra vez una fecha positiva, esta vez una victoria frente a Brasil y un empate ante Uruguay.

A meses del comienzo de las Eliminatorias y con la Copa América 2020 en el horizonte, hay con qué ilusionarse. "Hay una sensación de equipo", describió el DT lo que hace tiempo no se percibía. Con Messi o sin él, hay un sistema y un grupo estable más allá de que el entrenador convocó 71 jugadores en estos 21 partidos que lleva a cargo de la Selección. Está claro que no se puede hablar de un "equipo de memoria", pero ya se percibe que hay jugadores que se ganaron su lugar dentro de los once (Tagliafico, Paredes, De Paul, Lautaro Martínez, Acuña y, obvio, Leo y el Kun). Es una selección de puertas abiertas, con una nueva base establecida, en la que la nueva marca registrada por Scaloni es la solidaridad: todos juegan, todos se esfuerzan. Y ese es el secreto de este ciclo que no es un éxito pero, sin embargo, ilusiona.

EL CRÉDITO ABIERTO PARA SCALONI

Mirado de reojo por su falta de experiencia, el 2019 del DT argentino termina de manera positiva, respaldado por haber conseguido una base de jugadores que le responden en cancha.

Arrancó el 2019 apuntado por los millones de técnicos argentinos. Claro, con un argumento preciso y sólido: su poca experiencia al frente de un grupo. Una razón obvia, con otros entrenadores con mayor trayectoria para hacerse cargo del seleccionado argentino. Pero claro, por diferentes motivos, se vieron imposibilitados a la hora de tomar el mando. Y es ahí cuando Lionel tuvo que hacerse al andar.

Probó, se equivocó y corrigió. Siguió aprendiendo en momentos difíciles, con más competencia oficial en el medio: una Copa América en Brasil. Amistosos importantes, donde mas allá de las críticas, consiguió resultados positivos (empate con Alemania y Uruguay, y victorias con Ecuador y Brasil).

Logró introducir una efectiva y necesaria renovación del plantel que ya llegaba desgastado de Rusia 2018. En lo cual apeló a largas pruebas en convocatorias. No se pueden observar grandes figuras o apellidos rutilantes, pero sí destacar que dentro de la cancha los jugadores le responden, hay un compromiso mutuo y una muestra de carácter de parte de los que entran. Incluso, el propio Messi, se mostró a gusto, esforzándose como uno más.

Lo que se le viene al conjunto de Scaloni en 2020.

Hay una base, con apuestas interesantes de parte del DT (De Paul, Paredes, Ocampos, Alario, entre otros) que invitan a ilusionarse. Obviamente, se deberá seguir trabajando (mejorar aspectos defensivos y terminar de pulir una idea). Pero todo está encaminado a que la estructura siga creciendo. Material hay y de sobra, pero será tarea del DT seguir construyendo. De capataz, paso a ser el maestro mayor de obra y arquitecto de esta edificación que empieza a crecer. El 2019 cerró de manera positiva con esperanza para el próximo año (nuevamente con Copa América y Eliminatorias a partir de marzo) y el crédito quedó mucho más abierto para el joven entrenador nacional.

 
 
 

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