UN MENSAJE ANTES DE LAS ELECCIONES..RESEÑA: EL JUICIO DE LOS 7 DE CHICAGO
- Agustin Aguilar
- 25 oct 2020
- 4 Min. de lectura

El creador de "Red Social" y de "The west wing" trae a Netflix, la historia del proceso legal que tuvo lugar después de los violentos incidentes de la Convención Nacional Demócrata de 1968. Te contamos sin SPOILERS como funciona este intenso y politizado drama policial cargado de buenos actores.¡Vamos!.
En un convulsionado año 2020, centrándonos en este caso a Estaos Unidos, Hollywood se ha puesto manos a la obra y nos viene dejando nuevos títulos basados en varios tópicos de la década de los 70 que parecen replicarse en la actualidad. En el caso de "El Juicio de los 7 de Chicago", es una evidencia de como el cine hace notar los tiempos y épocas de producción. ¿A que nos referimos?, bueno, no hay que ser demasiado inteligente, para darse cuenta que el film fue filmado durante la presidencia de Donald Trump y hábilmente pensado para estrenarse semanas antes de una votación presidencial que será determinante para darle un mandato nuevo, o mandarlo de nuevo a regentar sus hoteles.
En definitiva es bueno pensar en esta película más de la época 2019-2020 que sobre 1968-1969, del inicio al final.
Escrita y dirigida por Aaron Sorkin, arranca con una sucesión de secuencias rápidas y cargadas donde se nos muestra la llamada a filas que hizo el presidente Lyndon B. Johnson para la guerra de Vietnam, la oposición bélica de Martín Luther King, su muerte, la muerte de Robert Kennedy. Y la existencia de varios grupos y activistas en Estados Unidos en contra de la guerra. Una vez que tenemos este resumen, que si uno no está muy al día con sucesos históricos va a funcionar bastante bien, pasamos rápidamente a lo central y que de verdad importa, el juicio en cuestión. ¿Por qué el juicio?, vamos con un poco de la sinopsis.

Lo que el film del guionista de "Red Social" cuenta, es el juicio que siguió a los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar durante la Convención Nacional del Partido Demócrata de 1968 en Chicago, en donde se nominó a Hubert Humphrey como candidato a presidente y que luego perdería contra el republicano Richard Nixon. En medio de disputas internas ligadas a la posición del partido respecto a la Guerra de Vietnam, una serie de violentos incidentes tuvieron lugar a las afueras del hotel donde se desarrollaba la convención. Varios meses después, y ya con Nixon en el poder se inició el juicio contra los que se creía eran los responsables entre la policía y los manifestantes. Digamos que tratarían de investigar, quién tiró la primer piedra. A partir de otra rápida introducción histórica con todos los involucrados es donde se empieza a desandar la película de 2 horas de duración. A partir de acá, es trabajo del lector ver como se desarrolla la cinta.
El centro del relato pasa por la interrogación a los distintos acusados que forman parte de los 7, más un octavo que es injustamente metido en la misma bolsa y tratado con mínima imparcialidad por el iracundo juez Julius Hoffman (este es una de las tramas del principio del film y es una de las razones de las semejanzas con el 2020, ya verán). ¿El eje?, tratar de convencer al juez de la inocencia de los distintos grupos de centro y de izquierda involucrados, que son tratados como el mismo grupo por los acusadores del lado del gobierno de los Estados Unidos. Esto es algo muy logrado, porque se logran ver los matices que diferencian a los radicales militantes del Youth International Party, desaliñados, con la idea sexo, drogas y rock and roll contra los líderes estudiantiles del grupo llamado Students for a Democratic Society, enfrentando a la vez un grupo más hippie y revolucionario contra otro que trata de gestionar cambios por el bien social de una manera más ordenada y respetuosa. Matices, y peculiaridades que dotan de un buen cuerpo a la película, al relato, al juicio en si, y a los actores y personajes que integran el film.

"The Trial of the Chicago 7", por su título en idioma original, cuenta con todos los sorkinismos característicos del director. Diálogo rápido y brillante, unos largos monólogos en los que los personajes manifiestan su ideología, romanticismo político, pasión democrática y secuencias en las que se camina y habla a la vez.
Imposible todo esto de realizar sin los floreados y "oscarizados" actores que componen el reparto como Eddie Redmayne, Joseph Gordon-Levitt, Michael Keaton, Yahya Abdul-Mateen, Mark Rylan, John Carrol Lynch, Jeremy Strong y el gran Sacha Baron Cohen, que tranquilamente podría conseguir un Óscar por su impecable interpretación de Abbie Hoffman, dejándonos frases memorables como "Las instituciones de nuestra democracia son cosas maravillosas que ahora mismo están pobladas por gente terrible", apta para cualquier ideología del mundo.
La película pasa de una primera mitad, bastante liviana y cómica, donde se encarga de contarnos todo lo sucedido con cada personaje, a una segunda parte donde por un hecho que sucede por fuera del juicio todo se torna, más denso, serio y emotivo.

Si se le quiere encontrar un significado a la película, es la necesidad de unión de grupos que no piensan necesariamente igual, pero que si tienen una visión general de cual es el rumbo para un país, contra un enemigo que triunfa haciendo que se dividan.
A partir de esto es que, mediante actores debidamente capacitados para la tarea, Sorking contecta la cultura anti-establishment de los 60´s con lo que actualmente sucede en los Estados Unidos, especialmente con las diferencias que hay en el Partido Demócrata, que hoy también cuenta con sus Hayden, Hoffman, Sale y demás.
En definitiva es una suerte de llamado a la unidad de los sectores progresistas de USA contra un enemigo muy fuerte y que no da el brazo a torcer. "The Whole World´s watching" resonaba en ese entonces, y es varias veces utilizado en la película. Una frase que se ajusta a la actualidad en la que de verdad y en tiempo real todo el mundo está mirando. Solo restan semanas para ver si éstas y otras películas de claro contenido político, humanitario e inclusivo, surten efecto en las elecciones presidenciales de la superpotencia norteamericana.
Desde el Oso no resta más que despedirnos y recomendarte esta película para el fin de semana. ¡Hasta la próxima nota!
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